Carne Silvestre: Un Tributo a la Naturaleza en su Estado Puro
La sección de carnes silvestres en nuestro menú es un viaje al pasado, una mirada a las raíces familiares y al entorno natural que moldearon la memoria del chef. Es más que un homenaje a los sabores silvestres; es un relato de identidad, de tradición y de un tiempo en que el monte y sus frutos eran parte esencial de la vida.
En aquellos días, Julián, el abuelo, era el guarda del monte en La Puebla de Montalbán. Su relación con el entorno era tan íntima como la de los animales que lo habitaban, y su labor conectaba a la familia con los ritmos de la naturaleza. Los conejos y liebres eran visitantes frecuentes en la mesa, pero cuando llegaba una pieza de caza mayor, el día se transformaba en un motivo de celebración.
En estas ocasiones, la cocina de Josefa, la abuela, se convertía en el centro de una celebración que marcaba el contraste entre el esfuerzo silencioso y el disfrute pleno de quienes saboreaban aquellos manjares. Su maestría y dedicación transformaban los frutos del monte en auténticas experiencias, aunque el reconocimiento de su labor quedaba en un segundo plano, perdido en la diferencia de roles y privilegios que definían la época.
En cada bocado, se encuentra no solo el sabor de la caza y del monte, sino también la historia de quienes, con esfuerzo y humildad, construyeron una relación con la tierra. Estos platos no solo nos invitan a disfrutar, sino también a valorar las raíces de los sabores y a reflexionar sobre el legado que queremos construir.
La carne de caza mayor que presentamos en este menú no solo evoca aquellos días de la infancia, sino también la riqueza de un entorno que merece ser respetado y preservado. Cada bocado es una conexión con el monte, con la tierra y con los recuerdos, una forma de celebrar la autenticidad de lo salvaje y reivindicar el valor de las historias que le dieron forma.